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22/3/10

Desidia


Amanecí dando gracias por las cosas que tengo, me
marchité por los gestos torcidos de mis semejantes que
agredieron mi ser con la desidia y el desdén ajeno.

Rociada de codicia y egoísmo me escondí,
guareciéndome de la estupidez,
tras excusas y rencores infundados,
y sólo fué entonces cuando sentí
una
urgente necesidad
de huir de la fealdad de los rostros quejumbrosos.

Reaccioné con impotencia ante la desilusión por el ser humano,
y sólo entonces descansaron mis lagrimales.

Y des de entonces ahí voy...
Acostándome abrazada a tu sonrisa sincera.

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